martes, 16 de septiembre de 2014

Hace un tiempo leía algo... le preguntaban a la gente cómo se veia en 10 años más, o algo así. Y alguien se mandaba una reflexión, parafraseando: "si pasas mucho de tu tiempo jugando Candy Crush, en 10 años más serás alguien muy bueno para jugar Candy Crush. Así funciona la vida". Y es aterrador, no porque yo pierda mucho tiempo de mi vida en jueguitos, sino porque actualmente mis condiciones me obligan a pasar la mayor parte de mi tiempo haciendo algo que no es lo que quiero me defina de aquí a 10, a 20 años. Quizás sea el típico llanto de quarter-life crisis, pero no sé. Miro a mi alrededor y creo que todos nos sentimos así, que todos pensamos lo mismo, pero que nadie hace nada.

Y, ¿qué se puede hacer, de todas formas? Yo ansío libertad. No libertad del tipo de ir a perderme a Alaska (o quizás si), libertad simplemente para un día poder decir "hoy no me levanto hasta que termine este libro", sin que eso me traiga mayores consecuencias. O poder decir, "hoy no me levanto hasta que le haya dado 5.000 vueltas a este queso que tengo en la mente", sin que eso me traiga mayores consecuencias. Yo, de aquí a 10 años, quiero ser alguien que ha leído muchos libros, no alguien que ha copiado muchos algoritmos. O que ya no lee bien por estar obligada a pasar horas frente a una pantalla.

Quizás solo estoy saturada porque hoy he trabajado más de lo que me resulta agradable; quizás en el fondo de mi corazón si quiero saber muchos algoritmos más en 10 años que ahora. Pero es esa caja en la que está guardada la vida de cada uno actualmente, lo que me molesta. Y ojo, que yo soy una persona cuadrada, cuadradísima, cualquier cosa un poco fuera de mi esquema me molesta. Pero no puede ser que a las 2 de la mañana me sienta culpable de ir a dormir porque "debería haber trabajado más". Por la chucha, ese sentimiento debe ser uno de los que más detesto en la vida. Y aquí estoy, tal cual. Sintiéndome culpable por estar escribiendo esto. Escribiendo estas palabras, para evadir otras.

Y, lo peor de todo, es que no quiero asumir que las cosas son así desde que el mundo es mundo, y que de aquí a 10 años más probablemente sea una persona buena para leer, tomar y bloguear, y mala en todo lo que pueda considerarse productivo.

1 comentario:

chamico dijo...

No creo que se pueda mejorar tanto en el candy crush, digo, pensando en como hoy, por ejemplo, juego mario kart de super nintendo y tengo el mismo nivel que hace 10 años, ni mejor ni peor. Lo mismo me pasó con la guitarra, pero es que quizás no era mi vocación... ¿habrá vocación realmente? No me quedó claro si tu situación fue desencadenada por la explotación laboral o tu onda trabajólica.

Aguante la búsqueda del equilibrio laboral-estudiantil-familiar, y te lo dice alguien que está medio perdido en un limbo tesístico, lo que también me tiene un poco a maltraer. Y claro, mientras espero encontrar un supuesto camino u hoja de ruta para continuar con la vida "adulta" -de un modo rutinario pero con variaciones y sorpresas, ojalá- los libros son uno de mis puntos de fuga, una oxigenación diaria. Y si ya no se puede ni leer ¿qué será de nosotros?

(En momentos de desesperanza como estos es bueno recordar al maestro J.L. y su teoría del agujero pegajoso, creo que ella augura que sabrás muchos más algoritmos en el futuro)