Mi vida consta de una oscilación vocacional extrema. Un día estoy en la cima con lo que hago y siento que me encanta. Otros, estoy en lo más bajo y siento que necesito hacer algo completamente distinto para poder salir a flote. Hoy es uno de esos días.
Pero hoy, en vez de lloriquear, voy a actuar. Doy por iniciadas mis sesiones de traducción. Comenzaré con cuentos. Vamos a ver qué sale.
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