Tener todas las ideas al alcance de la mano hace que ya no nos dé para pensar. El "pensar", en la era de Internet y las redes sociales, ha derivado en un simple "compartir opinión". Creemos que hacer click en el botoncito de "compartir" es equivalente a pensar.
Actualmente, leo más opiniones que noticias o hechos. Si bien intento ojear diariamente algunos portales de noticias, me atrevería a decir que por cada noticia que leo, leo al menos 3 veces más columnas de opinión sobre el mismo tema.
Incumbiendo un mismo hecho, hay cientos de miradas distintas. Esto siempre ha sido así, y no es malo, muy por el contrario: los distintos puntos de vista son lo que hacen rica una discusión. Un punto de vista opuesto al nuestro puede hacer temblar nuestros cimientos, obligarnos a considerar nuevas opciones. La base del pensamiento, la base del formar opinión, viene de abarcar la mayor cantidad de puntos de vista distintos posibles. Y hoy, gracias a Internet y las redes sociales, tenemos acceso rápido a las opiniones que queremos leer, ya escritas y editadas, sean del color político que sean, del extremo ideológico que sean.
El formar opinión es una habilidad en decadencia. Hagamos un ejercicio: entre a Facebook. Baje en su página de inicio hasta que encuentre a algún amigo que haya compartido alguna columna de opinión. Si sus amigos son como los míos, lo más probable es que dicho enlace haya sido compartido junto con un escueto "100% de acuerdo", o cualquiera de sus equivalentes. Algunos, incluso, van más allá, haciendo derechamente copy-paste del párrafo que más les llegó, que más se parece a lo que ellos creen que deberían estar pensando, introduciendo en el tema a los amigos que le harán click rápidamente para, también, estar de acuerdo. Pocos son los que comparten un enlace, entrevista o columna de opinión, adjuntando alguna pequeña discusión o argumento sobre este (para ir aún más allá: análisis del comportamiento de las personas en la web muestran que no hay correlación entre las veces que un artículo se comparte, y el número de personas que lo leen. Esto, según los data analysts de Chartbeat).
Hoy en día no buscamos construir nuestra propia opinión sobre los hechos: buscamos el medio con la opinión más similar a la nuestra, el periodista/bloggero que haya enumerado más ideas parecidas a las nuestras y, simplemente, lo compartimos. No se discute ni se debate: buenísimo, excelente, 100% de acuerdo, yo mismo no podría haberlo dicho mejor. El problema con esto, es que las opiniones pasan al mismo nivel que los videos virales de guaguas riendo: los cliqueamos, los vemos, nos gusta, a los 10 minutos ya ni nos acordamos.
Pongo como ejemplo de moda el caso de Charlie Hebdo que, confieso, he seguido bastante en redes sociales. Esta última semana, probablemente el 90% de los artículos que he leído han tenido relación con la revista. Y he notado dos tipos de opinión. Si bien todos condenan el ataque, hay un lado que señala que la revista cruzó un límite, que eran islamofóbicos, y que deberían haber imaginado que algo así pasaría si seguían su linea editorial habitual. Otros, defienden a la revista y el hecho de que nada es sagrado, que de todo puede hacerse burla, que cualquier ideología puede e, incluso, debe ser cuestionada.
Hagamos nuevamente un ejercicio de Facebook. Es altamente probable que gran parte de sus amigos hayan compartido algún enlace de ese tipo durante los últimos días. Es casi absolutamente probable, también, que ninguno de esos amigos ha tenido, jamás, algún ejemplar de Charlie Hebdo en sus manos, ni han leído un ejemplar completo, aunque sea online. Se que yo no lo he hecho, ni tampoco, me atrevería a decir, la mayoría de las personas que han estado opinando al respecto. Pero todos esos amigos opinan, o que Charlie Hebdo es un ejemplo a seguir, o que se pasaron de la raya.
No planteo ese ejemplo con intención de caer en el exasperante cliché de "no puedes opinar sobre algo que no viviste". Lo menciono para mostrar que, probablemente, ninguna de esas personas se ha formado una opinión de manera objetiva. Simplemente se repiten opiniones leídas previamente, las que analizamos sin acceso completo al asunto sobre el que se está opinando; opiniones de las cuales, además, se ignora toda frase que pueda habernos hecho algo de ruido. Eso es evidente también en el hecho de que estas opiniones polarizadas parecen ser todas copias unas de las otras. Todas dicen lo mismo, parafraseado de manera diferente.
Ya no nos informamos leyendo los hechos, sino que a través de opiniones. Lo cual no es intrínsecamente malo. El problema es que estamos tan plagados de opiniones en forma de enlaces "llegar y llevar", "cliquear para compartir", que nos preocupamos más de compartir el link que más nos identifica, en lugar de formar una opinión propia. Dime si compartes la columna de Emol o la de El Ciudadano, y te diré quién eres.
2 comentarios:
Qué refrescante columna, 100% de acuerdo, jejeje.
El diálogo y la construcción de pensamiento crítico están de capa caída hace tiempo. No sé de quién será la culpa, supongo que de la comodidad a la que en general aspiramos. Lo que me preocupa es el autoritarismo de las opiniones, justamente por esa incapacidad de dialogar: "yo me junto con los que piensan como yo, los demás que se jodan". No sé si de ese modo podemos aspirar a construir algo mejor...
Con respecto a Charlie Hebdo, si bien no lo he leído nunca, las caricaturas que he visto circular por ahí me parecen bien rascas (en cuanto a técnica e inteligencia). No sé, tal vez espero algo más de refinamiento en el humor gráfico y no algo tan burdo como lo que (parece) hacen ellos.
Gracias amigo :D
Yo creo que va por el lado de la comodidad, y que igual todos queremos identificarnos con "algo", si leo una columna en El Mercurio y estoy de acuerdo, es incómodo, siempre está ese algo que me dice que no debería... y como el tema es compartir, mostrar, ponemos la opinión envasada en lugar de comentar o debatir... Y, lamentablemente, basuras como FB tienen ese tema de que filtran lo que ves en tu inicio, es decir, mientras más likes das a ciertos temas, más te vas metiendo en la burbuja. Terrible.
Y pienso lo mismo de Charlie Hebdo, la verdad comento más por lo que he leído que por lo que he visto, al parecer cualquier excusa para dibujar a Mahoma o a quien sea es suficiente. Demás que tienen un buen rollo de fondo, habrá que averiguar más.
Publicar un comentario