domingo, 1 de febrero de 2015

Reality check

No recuerdo cómo, pero en alguna de mis andanzas por internet, hace un tiempo atrás llegué al mundo del sueño lúcido. Suena un poco a inventos místicos, pero la verdad es que es un fenómeno bien documentado por la ciencia y la psicología.

El sueño lúcido corresponde al fenómeno de estar consciente mientras se está soñando. En un nivel de principiante puede relegarse sólo a eso: ser consciente del sueño. Pero la gracia prometida, por la cual seguramente varios de los interesados decidimos adentrarnos más en este mundo, es el poder controlar completamente los sueños.

Hay personas que son soñadores lúcidos naturales. Que les mencionas que es posible ser consciente mientras se sueña, y te preguntan si acaso no es así como siempre se sueña. Para los que no tenemos ese "don", es una disciplina que se puede entrenar.

"Sueño causado por el vuelo de una abeja...", Salvador Dalí
Lo más simpático del caso, es que el primer sueño lúcido que tuve en mi vida fue la noche del día que descubrí el tema. Pasé horas leyendo artículos y testimonios, y sin probar técnica alguna esa noche, logré tener un sueño donde adquirí lucidez y, también, pude controlar un par de cosas. Desde esa vez, decidí que entrenaría para poder dominar mis sueños a voluntad.

Por supuesto, lo primero que hice fue comprar un libro al respecto. Acá en Chile no logré encontrar algo útil —incluso, por primera vez en mi vida, entré a librerías esotéricas—. Sólo tenían para ofrecerme libros sobre el significado de los sueños, lamentablemente parece que todo lo que se refiera al soñar se mete en el mismo saco. Finalmente, en internet compré la que, se supone, es la biblia del sueño lúcido: "Exploring the world of lucid dreaming", de Stephen LaBerge (el pionero en hacer estudios científicos sobre el tema, en la universidad de Standford) y Howard Rheingold.

En la introducción al libro, te prometen que aprender a tener sueños lúcidos puede ser la solución a todos tus problemas: puedes practicar situaciones y conversaciones, enfrentarte a tus miedos, incluso practicar instrumentos. Supongo que hay dos tipos de soñadores lúcidos: los que, realmente, lo enfocan como una técnica de autoayuda, y quienes lo consideran un hobby diferente y entretenido de explorar. Yo me identifico con el segundo grupo, asi que las páginas de testimonios de gente contando cómo cambió su vida el tener sueños lúcidos no me llegaron mucho.

Lo peor del tema es que, como toda técnica que requiere entrenamiento, hay que trabajar. Y bastante. De entrada nos topamos con un problema: es difícil recordar lo que soñamos. LaBerge menciona que es probable que ya hayamos tenido varios sueños lúcidos durante nuestra vida, pero que al despertar no los recordamos. Asi que el inicio de este viaje es entrenar la mente, para recordar nuestros sueños al despertar.  Para esto, se debe tener un cuaderno y un lápiz en el velador y, cada vez que uno se despierta, anotar inmediatamente lo que se soñó. Aunque sólo se recuerden algunas imágenes, o la atmósfera del sueño: hay que anotarlo todo.

Esa parte del entrenamiento la seguí con cuidado desde el principio. Me ayudó que desde hace algunos años venía anotando sobre lo que soñaba, sin alguna razón particular. Retomé mi cuaderno y la verdad es que el dream recall, o la habilidad de recordar los sueños, mejora bastante sólo en algunos días. Pasar de no recordar un sueño en meses, a tener algo que escribir todas las mañanas, fue el primer cambio importante que noté con el "entrenamiento".

"Mimosa", Rafał Olbiński
El resto de las técnicas, lo admito, son bastante más lateras. Algunas de las más eficientes para alcanzar la lucidez implican cosas como despertarse a mitad de la noche por una hora y luego seguir durmiendo, cosa que realmente no estoy dispuesta a hacer. Al menos por ahora, sólo un compromiso simple con este hobby me parece suficiente. De todas formas, mi técnica favorita para alcanzar lucidez, o en realidad para ser más consciente de lo que me rodea (lo que, se supone, en un sueño ayuda a alcanzar la lucidez) es el reality check.

Los reality check son pequeñas pruebas que se pueden llevar a cabo durante el día, para asegurarte que estás despierto. Suena un poco ridículo, ¿cómo no voy a saber si estoy despierto?, pero cuando uno está soñando, la línea puede volverse algo borrosa. El cerebro no sabe diferenciar si lo que está viendo y procesando es un sueño o una realidad. Por eso es que, por ejemplo, las pesadillas resultan tan aterradoras: para nuestra mente, en ese momento, el peligro y el miedo son reales. Cuando se está soñando, cosas como atravesar paredes o que aparezcan personajes famosos, parece de lo más normal. Por eso, se busca entrenar la mente para notar las cosas extrañas, las cosas que en la vida diaria no deberían ocurrir. De esa forma, podemos darnos cuenta que, lo que estamos viviendo en el momento, es un sueño.

La gracia de los reality check es hacerlos seguido, constantemente a lo largo del día, de manera que la mente se acostumbre a hacerlos frecuentemente. Así, al alcanzar un estado consciente mientras se sueña, la mente hará, por costumbre, un reality check... y vivirás ese maravilloso segundo donde exclamarás, ¡ESTOY SOÑANDO! Los primerizos, probablemente se emocionen tanto que se despertarán inmediatamente, frustración que he sentido varias veces. Si no, podrán empezar a ver su sueño desde una perspectiva distinta, e incluso pueden ser capaces de alterar ciertas cosas.

Hay distintos reality checks que pueden hacerse, y la gracia es que no interfieren con la vida diaria. Por ejemplo, taparte la nariz e intentar respirar por ella, o intentar atravesar un dedo por la palma de tu otra mano. En un sueño, podrás respirar sin problemas, y ver tu dedo asomar por el dorso de tu mano no te causará sorpresas. ¿Mi reality check favorito? Observar si las palabras cambian.

Esto se hace así: supongamos que vas caminando por la calle, y pasas al frente de un edificio. Este edificio tiene su número, grande, pintado afuera. Miras el número, desvías la vista por un par de segundos, y miras al número nuevamente. ¿Sigue igual? Entonces, estás despierto. Pero, en tus sueños, la segunda vez verás un número completamente diferente. Puede hacerse con números de las casas, con una frase corta del libro que estás leyendo, con lo que sea. A mí me gusta el de la numeración en las calles, es simple y puedo hacerlo varias veces mientras voy caminando.

Una noche, iba caminando por la calle, camino a un kiosko a comprar cigarros. Iba pasando frente a una casa de paredes blancas, y su número estaba pintado con negro. Con el contraste, el número se notaba bien, por lo que me pareció un buen momento para hacer un reality check. Miré hacia atrás, luego al número otra vez, pero ya no había número: donde recién habían tres dígitos, ahora habían tres caracteres cirílicos. Entonces miré hacia el cielo, y ví nebulosas, auroras, galaxias, y otras luces misteriosas, azules, que se movían por todos lados. Yo seguí caminando, a conseguir mis puchos.


¿Estás soñando ahora?


1 comentario:

chamico dijo...

Voy a llevar a cabo algunos reality check (y volver a tener diario de sueños sería genial, creo. Lo intentaré también).

Yéndome a terrenos más fantásticos y new age, Don Juan le da como tarea a Castaneda el reality check de mirarse las manos, cosa que Spinetta plasma en su canción "Con la sombra de tu aliado": ah!, luego en el desierto ves la verdad / y te sueñas con las manos...

http://www.youtube.com/watch?v=noOPyFdUXBE